Texto y fotos: Maricha Martínez Sosa · Corrección: Umami.do
[Este es el segundo artículo de una serie en torno al emprendimiento, la gastronomía y el turismo en RD si quieres leer el primero, haz click acá]
Uno de los más populares emprendimientos gastronómicos en la República Dominicana es el vinculado con la fritura de productos hechos con base de harina, siendo los más comunes las empanadas y yaniqueques. Mientras las primeras se encuentran en casi cualquier esquina frecuentada, los segundos tienen un lugar especial en las playas del país y de manera particular es localmente reconocido como uno de los principales destinos para comer los “long play”, la zona de Boca Chica.
En la bahía de Andrés, costa este de la isla de La Española y a unos 30 kilómetros de Santo Domingo, se encuentran el municipio Boca Chica y su playa homónima. El desarrollo y explotación de la misma data desde la época de Trujillo y tiene como hito destacable la construcción del “Hotel Hamaca” y una casa de vacaciones presencial entrando en la década de 1950, pasos que colocaron a esta, hasta entonces virgen playa, bajo el spotlight de la comunidad internacional, atrayendo a celebridades, diplomáticos y visitantes comunes, por sus envidiables características: arena fina y blanca, aguas calmas y no profundas y cercanía con un principal núcleo urbano.
Así, el boca a boca y la exposición mediática atrajo a oleadas de turistas tanto locales como internacionales y claro, a la industria hotelera que la explotó abusivamente y, paralela a ella comenzaron a surgir emprendimientos que se han vuelto parte de la cultura popular hasta que hoy en día es casi imposible obviar la relación de Boca Chica con sus conocidos puestos de venta.
Allí se han ido apostando decenas de vendedoras, pues la mayoría son mujeres, que abren sus estaciones de madera y zinc en cada jornada y ofrecen en un pequeño espacio, deliciosas creaciones realizadas con la pesca del día y acompañadas de fritos de plátano o batata y, más que nada, con sus populares yaniqueques.
Quien cruza por allí debe estar preparado para ser atacado por los pregones sistemáticamente estructurados y practicados entre los que se encuentran: “venga acá marchanta”, “acá tenemos los pejes buenos y grandes mi señora”, “venga que están fresquecitos del día y a buen precio mi doña”.
Aunque hay muchas cocineras y de seguro cada cual tiene su encanto, mi favorita es “La Mami” quien tiene el puesto número 10 y, desde hace años, es la que me prepara los más deliciosos fritos de batata y los más crujientes yaniqueques. Lo que más me gusta de ella es su rotunda honestidad pues fui testigo de cuando una clienta se quejó del tamaño de sus pescados y ella dejó MUY clara su postura: «yo le ofrezco lo mejor de cada día y estos son los más grandes de hoy, vaya y pregunte de cuándo son esos más grandes que usted dice que vio allí al lado y decida usted qué quiere comer: pe’grande o pe’freco».
Ella, al igual que las demás vendedoras, son parte de esos perfiles y proyectos de la República Dominicana dignos de admiración y apoyo, es por ello que te recomendamos que la próxima vez que pases por la zona, o que veas a uno de estos “emprendedores de a pie”, si puedes te detengas, pues aunque para ti una pequeña compra no signifique mucho, para ellos puede ser la que asegure «el pan de cada día».
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