A su padre, Plácido Amador lo apodaban “El Loco” porque andaba “calles arriba y abajo” con su hijo tomado del brazo, pues le decían que su retoño, el tercero de tres hermanos, no crecería lo suficiente y que era una pérdida de tiempo los esfuerzos que realizaba por convertirlo en pelotero. (Seguir leyendo…)
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