En 1929, el Licey, en el Hipódromo de La Primavera, ubicado en la calle Hermanos Deligne, en la serie final disputada con el Escogido, dio origen al grito de guerra que hoy los liceístas y los adversarios del Licey enarbolan en cada partido: ¡Licey campeón!. (Seguir leyendo…)
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