Esta doña de 76 años caminó un buen trecho con ocho galones vacíos a cuestas, buscando llenarlos de agua. Cuando llegó donde supuestamente los llenaría, ya no había agua.
Esta doña de 76 años caminó un buen trecho con ocho galones vacíos a cuestas, buscando llenarlos de agua. Cuando llegó donde supuestamente los llenaría, ya no había agua.
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