Seamos claros: el alcohol es una toxina. Sus peligros abarcan accidentes mortales, enfermedades hepáticas y muchos tipos de cáncer. Incluso pequeñas cantidades pueden ser cancerígenas, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar que «cuando se trata del consumo de alcohol, no existe una cantidad segura que no afecte a la salud». (Seguir leyendo…)
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