Miles de personas en todo el planeta sufren las secuelas de estas sustancias tóxicas. Según una reciente investigación de la Universidad de Oslo (UiO), Noruega, esas micropartículas están vinculadas con el desarrollo de diabetes tipo 1, ya que, incluso en bajas concentraciones, estos contaminantes pueden provocar que las células produzcan menos insulina. (Seguir leyendo…)
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