Raiza se afana en pintar una figurita navideña. Así se evade de la ausencia de su hijo Marino, desaparecido el 7 de octubre. Además, la venta de esas manualidades sufraga la búsqueda del joven, de 20 años, que realiza con sus propios medios, igual que decenas de familias dominicanas que viven un calvario por la falta inexplicable de un ser querido. (Seguir leyendo…)