La última sonrisa, el saludo de despedida o un «hablamos luego» que no se hace realidad; es la eterna imagen que queda grabada en las mentes de las personas que tienen a un familiar desaparecido.
Las miles de suposiciones y preguntas sin respuestas que se hacen los parientes del desaparecido a través de los años, aquellas imágenes de los segundos que se perpetúan en los recuerdos de quienes sufren la desaparición de un pariente; son las cicatrices que nunca sanarán.