El Congreso Nacional nunca ha tenido la intención real de eliminar el Fondo de Gestión Social, mejor conocido como “barrilito”, a pesar de las críticas de la sociedad a esta práctica incompatible con la labor legislativa; de los dudosos resultados que generan las entregas de canastillas, mosquiteros, juguetes y electrodomésticos y, sobre todo, la falta de transparencia con que los senadores y diputados disponen de esos recursos. (Seguir leyendo…)