“Aquí se mueven los cuartos, porque aquí negocia mucho la gente”, asegura Pablo convencido de que no se equivoca, pero al reflexionar cae en cuenta de una realidad tangible: “lo que pasa es que es migaja lo que le queda a la gente. La mayor parte del dinero se queda en las manos de los dueños de los grandes negocios”. (Seguir leyendo…)
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