«En Venezuela comíamos solo una vez al día»

Jonathan Sánchez y Viviana Soler suben todos los días a los buses de Bogotá con un discurso memorizado por la experiencia de la rutina. Él vende golosinas y ella, con guitarra en mano, le canta a un público desconocido la experiencia de su exilio forzado, el éxodo desde un país donde ya no hay esperanza, donde hasta soñar se ha vuelto una utopía, dicen ellos. [Aquí hay más…]

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