Desde un campo dominicano hasta la BBC y Nat Geo

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Muchos “chancletazos” por parte de su madre cada vez que el niño Timoteo se aparecía enlodado al finalizar su día entre los montes, fascinado por todo lo que su campo de Fantino tenía para ofrecerle.
Años más tarde el niño que yacía dentro de Timoteo seguía intacto y cada día era una oportunidad más de seguir aprendiendo empíricamente sobre este mundo, el cual su madre ya acostumbrada solo gritaba desde su habitación, “Dios te acompañe hijo mío, cuídate” al verlo colocarse sus botas y su mochila listo para una nueva aventura. (Seguir leyendo aqui…)