Justin Sylvester quería capturar los lindos momentos de la espera de su segundo hijo en una sesión de fotos; sin embargo, su esposa rehusó posar para los fotógrafos, momento que aprovechó para su audaz idea.
El hombre ha confesado que al final de la sesión le empezaron a doler el vientre y las lumbares, lo que le permitió sentir de alguna manera el sacrificio que hacen las mujeres embarazadas.